La recaída en cáncer es la reaparición de la enfermedad después de un periodo en el que el paciente ha permanecido en la situación que llamamos Libre de enfermedad; y que coloquialmente, podríamos definir como sin enfermedad visible con los ojos.
La enfermedad, puede reaparecer en la ubicación original del tumor (recidiva local); en los ganglios que drenan esa ubicación (recidiva regional) o en órganos a distancia, donde se ha extendido por la circulación sanguínea (recidiva a distancia).
En algunas neoplasias como el Melanoma y la mama, existe una tercera forma de recidivar, especialmente agresiva y generadora de sufrimiento y mala calidad de vida. Se trata del crecimiento de émbolos tumorales en la dermis que producen nódulos en forma de erupción o enfermedad papular (como sarampión) que tiende a extenderse y a producir sangrado dolor e infección.
La recidiva, como el cáncer de comienzo, basa su terapia en un tratamiento multidisciplinar e individualizado. Pero el 10 % de las recidivas locales y regionales en la Unión Europea, progresan a pesar del tratamiento estándar, siendo en no pocas ocasiones causa de un resultado fatal y una pésima calidad de vida
Un tumor sólido se cura cuando se consigue la extirpación completa de la enfermedad local con márgenes libres y la eliminación de hasta la última célula circulante o asentada.
Cuando un tumor recae localmente, o como enfermedad metastásica o ambas, el objetivo sería e mismo, pero se dificulta especialmente, por la existencia de resistencias farmacológicas, santuarios celulares generados por los tratamientos previos, el agotamiento de tratamientos estándar, sobre todo la radioterapia en el aspecto local; y el deterioro del estado general.
Esta circunstancia se aborda tradicionalmente, con líneas de quimioterapia, orientadas por las guías internacionales y sin la suficiente atención al tratamiento local, esto hace que un número importante de pacientes busque alivio para una enfermedad en muchas ocasiones que causa sangrado supuración y dolor con una calidad de vida pésima y tratamientos agresivos y con poca respuesta. Este problema, es evidenciable en la casuística de centros especializados y en las quejas de asociaciones de pacientes y redes sociales.
Nuestra experiencia tratando recaídas locales en países emergentes (donde este problema es enorme) y en una unidad especializada dentro de un centro oncológico de primer orden, nos ha permitido diseñar un protocolo terapéutico, para situaciones de progresión o resistencia a la terapia estándar, que combina técnicas regionales con quimioterapia a medida, según estudios genéticos e inmunoterapia activa y pasiva que consigue mejoras en supervivencia y sobre todo en calidad de vida. El ofrecimiento en España de este protocolo puede constituir el mejor tratamiento posible para numerosos pacientes de esta índole.
Una recidiva local, puede ser el resultado de una de estas tres circunstancias:
- Verdadera recidiva, que es un fenómeno metastásico en la mama remanente, la cicatriz o la piel
- Segundo primario, que es la aparición de un nuevo tumor en la mama remanente o los restos ganglionares bajo la piel, después de una mastectomía.
- Enfermedad mínima residual, que sería la nacida a partir de restos tumorales microscópicos no eliminados por el tratamiento.
Cada uno de estos tipos, tiene sus peculiaridades diagnósticas y terapéuticas, así como sus líneas de investigación, sirva como ejemplo el estudio de características clínicas y genéticas (de la línea somática o tumoral) que favorecerían la verdadera recidiva y nos permitirían establecer un alto riesgo de recidiva, aún en tumores pequeños; lo que nos inclinaría a hacer mastectomía y reconstrucción. O, por el contrario, características que indicaran una posibilidad de respuesta muy buena, que nos inclinaría a, en tumores grandes de presentación, hacer una mínima cirugía conservadora después de quimioterapia.
O, descubrir nuevas mutaciones en la línea germinal, que aumentarían el riesgo de presentar segundo nuevo tumor en la mama remanente o en otros órganos, que indicarían tratamientos profilácticos o seguimientos intensivos.
En la enfermedad mínima residual, por ejemplo, se han descrito, los llamados fenotipos RNM; que se refieren a la estructura densa o difusa de un tumor grande, sabiendo que aun desapareciendo de la imagen, después de la quimioterapia, si son densos, la posibilidad de enfermedad mínima residual es escasa y permite la cirugía conservadora y si son difusos, es alta, siendo conveniente la mastectomía.