Desde los años 80, con investigación básica y clínica fundamentalmente de los doctores Donal Morton de Santa Ana (California) y Umberto Veronesi de Milán, se da enorme importancia a la cirugía de los ganglios linfáticos en una serie de malignidades, especialmente en el cáncer de mama y el melanoma.
Muy esquemáticamente, podemos resumir lo que sabemos de los ganglios y su papel en el cáncer de mama en los siguientes postulados:
- ¿Para qué sirven?, fundamentalmente, tienen un papel, en el drenaje de la mama y el brazo, como colectores de la linfa canalizada por los vasos linfáticos y son un centro de inteligencia inmunológica, donde se identifica la estructura proteica de las células tumorales y colaboran en la preparación de una respuesta defensiva, tanto en la inmunidad celular como humoral.
- ¿Qué sucede cuando son invadidos por depósitos tumorales? Las células tumorales, tienen la capacidad de producir proteínas y otras moléculas, gracias a genes específicos que poseen, que generan ordenes moleculares conducentes a anular las acciones inmunitarias antitumorales del ganglio. También generan órdenes que permiten la generación de nuevos canales linfáticos que permiten la propagación de las células tumorales a estaciones ganglionares posteriores y ocasionan metástasis en el ganglio y su entorno, que presentan nuevas aberraciones genéticas que las hacen aún más agresivas e incontrolables que el tumor primitivo.
- Existe la posibilidad de conocer el trayecto ganglionar de un sitio tumoral. Esto se consigue, inyectando unas moléculas grandes e inocuas que se comportan como células tumorales; estas moléculas, llevan unida, por carga eléctrica diferente, una molécula de un isótopo radioactivo, que por su dosis es inocua pero capaz de emitir rayos ganma que pueden ser captados por una sonda portátil. La combinación de ambas moléculas se comporta como células tumorales, entran en los canales linfáticos y quedan atrapadas en el primer o primeros ganglios donde drena ese tumor. Podemos localizarlos con la sonda portátil y analizarlos. Si no están afectados, no necesitamos extirpar el resto, manteniendo su función favorable.
Este procedimiento, también puede realizarse usando colorante que tiñen estos ganglios. El procedimiento se denomina Biopsia Selectiva del ganglio centinela.
En definitiva, hoy sabemos, que es muy conveniente respetar los ganglios linfáticos cuando están sanos e igualmente importante extirparlos cuando se encuentran afectados. Por ello, en los últimos años, se ha trabajado en investigación clínica que permita la resección selectiva de ganglios afectos, dejando los sanos. Hoy sabemos y utilizamos, que cuando existen varios ganglios centinelas y uno y hasta dos, están afectados y en determinadas circunstancias, podemos preservar el resto con seguridad. También sabemos, que en una axila afectada por metástasis ganglionares, y que después de la quimioterapia, clínicamente desaparecen estos ganglios, es seguro realizar la biopsia del Ganglio centinela, preservando los ganglios sanos.
Estos procedimientos sólo pueden efectuarse con seguridad, disponiendo de un experto radiólogo intervencionista, que localice y marque los ganglios sospechosos y los marque preoperatoriamente. Nosotros contamos con él, el Dr. Luis Mº Benito Moreno, con el que llevamos trabajando 25 años.
Se conoce también el hecho de que el brazo tiene sus propios ganglios centinelas y que su preservación, ayuda notablemente a evitar el edema postquirúrgico, una secuela, en ocasiones incapacitante. Por ello, efectuamos el llamado ARM (Axillary Reverse Map) localizando estos ganglios por medio de colorante, mientras que localizamos los centinelas mamarios con isótopo. En caso de necesitarse la resección de la totalidad de la axila, podremos preservar los del brazo. La afectación de los ganglios centinela del brazo, es excepcional.
Cuando es necesario la extirpación de los ganglios axilares, es importante, preservar los vasos y nervios que pasan por la zona.